Poetry in Translation Issue
Volume 16:3, Summer 2015
Poem of Night and the Wind
South of Australia, March 30, 2012
I
The word is wind, the silence wind, the night, too, is wind.
Clouds that imprison the moon.
Light that is now not light but the darkness of clouds and sky.
In the distance the slumbering mountains awake with the winds foliage.
A cow throws a kiss to the night, which is swallowed, savored in the distance.
The cow lows in the heavy breeze, or rather makes an appeal
or the vapor of a kiss that is moo-lament.
Sound and roar among darkness, foliage, and distance.
Who am I here in the empty space?
Who am I here in this solitary house?
Who am I in this garden of clouds, stars, wind, and darkness?
I am sitting on a stone of the night.
Maybe I am asleep.
Maybe I dream.
Maybe I cry.
My eyes are dry leaves
fallen on the lawn of night dew.
Let’s listen to the poem of the night
(the sound of the wind in nothingness is heard).
The wind brings me the ocean, the waves that stretch out far away.
All I have are mountains mounted on silence’s horse,
clouds turned out to graze in the dark.
II
I have your wounded leaves.
The word in this night doesn’t exist,
echo of my own echo
echo of all I am not,
echo stumbling on somnolent mountains,
echo falling on the wind’s song.
Echo tripping on the chirps of crickets
looking for rain or the dawn.
Far off a car’s lights ulcerate the dark—
the passengers of oblivion fleeing the city, perhaps.
This night I agonize and die.
This night I dream and lament.
This night I speak with Cesar Vallejo and Gonzalo Rojas
inside a cloud.
I caress the orphan stars of dislove.
They’re fighting, I know, for the moon
that seeks a way out of its mist.
III
I am in the garden of the night in that country house.
The distance is the only thing that lights up this night without you.
I count the stars. I see 4 or 5
6 maybe, 8, 9, 10, 20, or 50
and the wind lords it over us still.
The wind continues to dance between the green eyelids of those hills.
I am listening to the peace in this garden of night.
I am sitting in nothingness, on a rock beside a dark rose bush
next to a rosebush weeping with rain,
on the stone next to a rosebush asleep in the space of your absence.
I am talking with Cesar about distance and pain
about meals and cocktails, books and heartbreaks.
About death, the death of what we love.
I am so close that I hear the shot in the immensity of the countryside.
The shot in the black mouth.
Shot of dry star in the poet’s night.
Crack of moo in the night.
I speak with him in this garden of many things.
I speak with him about the simplicity of your glance,
about the wine that fills a bottle with wind
and fills our cups with sadness.
The wind is our countryman that hugs us and invites us to walk.
Afterwards it sits at that table of drunken stars
and continues serving pain’s liquor.
In this night nothing exists.
Not even you are a memory. Not even you any longer.
Here is Cesar Vallejo. Here is Gonzalo Rojas.
They are great, black clouds, tugging on beauty’s nothingness,
inspiring me with raw winds.
The old poet Sergei Esenin comes back to my life from the USSR,
comes galloping out of those dark mountains where I am,
as if arriving from the dream I had in Santiago
(during that long night of the dictator I do not wish to name)
before traveling to Moscow.
I am sitting here on a stone of the night.
You are not here, you do not want to be here,
in this poem full of darkness,
in this poem full of night’s garden.
Poem of wind, foliage, hills, and cows mewling
at the jailed moon.
IV
Here on this rock I am sitting
next to the rosebush, night’s lover.
Next to the rosebush of black tears that dreams in its petals of you.
. . . a cell phone rings
(Tania filling me with distance)
I cut off the call . . I cut the distance. . .
I turn it off. All is back to night again.
On this rock sitting here (in the middle of the dark garden).
In this house inhabited by silence.
I speak with my dead,
I speak with my graveless dead,
those who walk pressed to the wind,
those who play at being your ghost among mountains;
among the foliage of this, your poem.
The distance kisses it with goodbyes.
Listen to it! Listen to it!
(The rustling of the wind is heard)
Goodbye brother wind,
I go on inhabiting life broken by darkness.
I say goodbye and pull closed your cloud’s door in the absence.
I shut the gate of leaves in the void.
Adios! I leave the garden to
a cow mooing out kisses that will fall on your dawn.
In this lone house I continue speaking of your absence
to the wind and the cow.
Goodbye, goodbye, I hear a volley of gusts
that explode on the syllables of your absence.
Poema de la Noche y el Viento
Sur de Australia, 30 de Marzo 2012
I
La palabra es viento, el silencio es viento, la noche es viento.
Nubes que encarcelan la luna.
Luz que ya no es luz es oscuridad de nubes y cielo.
A lo lejos los montes dormidos despiertan con el follaje del viento.
Una vaca tira un beso a la noche se lo traga, lo saborea en la distancia.
La vaca muje en la brisa densa, más bien hace un ruego
o un vapor de beso que es mujido-lamento.
Sonido y rugido entre oscuridad, follaje y distancia.
¿Quién soy yo aquí en este espacio vacío?,
¿Quién soy yo aquí en esta casa sola?
¿Quien soy yo en este jardín de nubes, estrellas, viento y oscuridad?
Estoy sentado en una piedra de la noche.
Tal vez duermo
Tal vez sueño
Tal vez lloro
Mis ojos son hojas secas
caídas al pasto del rocío nocturno.
Escuchemos el poema de la noche
(Se escucha el sonido del viento en la nada)
El viento me trae el océano, las olas que yacen a lo lejos.
Solo tengo montes cabalgando el caballo del silencio
nubes pastando la oscuridad.
II
Tengo follaje adoloridos de ti.
La palabra en esta noche no existe
eco de mi propio eco
eco de todo lo que no soy
eco tropezándose en los montes dormidos,
eco tropezándose en el canto del viento.
eco tropezándose en el crujir de grillos
que buscan la lluvia o el amanecer.
A lo lejos la luz de un automóvil da yagas a la oscuridad;
Tal vez son pasajeros del olvido en huida desde la ciudad.
Esta noche agonizo y muero
Esta noche sueño y me lamento.
Esta noche hablo con Cesar Vallejo y Gonzalo Rojas
adentro de una nube.
Acaricio estrellas huérfanas del desamor.
Se que están batallando por la luna
que trata de escaparse de tanta niebla.
III
Estoy en el jardín de la noche en aquella casa del campo
La distancia es lo único que alumbra esta noche sin ti.
Cuento las estrellas veo 4 o 5
6 tal vez, 8, 9, 10, 20 o 50
y el viento sigue dominandonos.
El viento sigue danzando entre los parpados verdes de aquellos montes.
Escucho la tranquilidad, en este jardín de la noche.
Estoy sentado en la nada, en la piedra junto a un rosal oscuro
junto a un rosal triste de lluvia,
en la piedra junto a un rosal durmiendo en el espacio de tu ausencia.
Estoy conversando con Cesar sobre distancia y dolores
Sobre comidas y tragos, sobre libros y llantos.
Sobre la muerte, la muerte de lo que amamos.
Estoy tan cerca que escucho el disparo en la inmensidad del campo
Disparo en la boca negra.
Disparo de una estrella seca de la noche del poeta.
Disparo de un tiro de mujido en la noche.
Converso con él en este jardín de tantas cosas.
Converso con él sobre la simpleza de tu mirada,
Sobre el vino que llena una botella de viento
y nos llena las copas de tristeza.
El viento es nuestro compadre que nos abraza y nos invita a caminar.
Después se sienta en esa mesa de estrellas borrachas.
Y nos sigue sirviendo la bebida del dolor—
En esta noche nada existe.
Ni tú eres recuerdo. Ni tú eres ya recuerdo.
Aquí está Cesar Vallejo. Aquí esta Gonzalo Rojas.
Ellos son nubes grandes, negras estirando la nada de la belleza
Dándome inspiración de vientos crudos
Vuelve el viejo poeta Serguie Essenin a mi vida desde URSS,
Vuelve galopando desde esos montes oscuros donde estoy
Como llegando del sueño que tuve en Santiago
(durante esa noche larga del dictador que no deseo nombrar)
antes de viajar a Moscú.
Aquí estoy sentado en la piedra de la noche.
Tú no estás, tú no quieres estar aquí,
En este poema lleno de oscuridad,
en este poema lleno de jardín de la noche.
Poema de viento, follaje, cerros y vacas maullando
a la luna prisionera.
IV
Aquí en esta piedra estoy sentado
Junto al rosal amante de la noche.
Junto al rosal de lágrimas negras que en sus pétalos sueña contigo.
—suena un celular
(Tania llenándome de la distancia)
Corto la llamada—corto la distancia…
La apago. Todo se vuelve noche de nuevo
En esta piedra aquí sentado (en medio del jardín oscuro).
En esta casa habitada de silencio
Converso con mis muertos
Converso con mis muertos sin tumba,
con los que andan arrimándose al viento
con los que juegan a ser tu fantasma entre montes;
Entre el follaje de este poema tuyo.
La distancia lo besa de adioses.
Escúchalo! Escúchalo!
(se escucha el crujir del viento)
Adiós hermano viento,
Me voy habitando la vida quebrada de oscuridad.
Me despido y cierro la puerta de tu nube en la ausencia.
Cierro el portón del follaje en la nada.
Adiós! dejo el jardín habitado
por una vaca mujiendo besos que caerán a tu amanecer.
En esta casa sola sigo conversando de tu ausencia
con el viento y la vaca.
Adiós, adiós escucho ráfagas
que se estrellan con las silabas de tu ausencia.
Patricia Davis's poems have appeared in Poet Lore, Salt Hill, Atlanta Review, Potomac Review, Quiddity, and Adrienne Rich: A Tribute Anthology. Her translations of Cuban poetry have appeared in Spoon River Poetry Review, Puerto del Sol, and New Laurel Review, and her work has been nominated for a Pushcart Prize. Her chapbook, The Water that Broke You, was published by Finishing Line Press in 2014, and she is co-author, with Dianna Ortiz, of a nonfiction work, The Blindfold's Eyes: My Journey from Torture to Truth (Orbis Books, 2004).
Juan Garrido Salgado immigrated to Australia from Chile in 1990, fleeing the regime that burned his poetry and imprisoned and tortured him for his political activism. He has published three books of poetry, and his poems have been widely translated. He himself has translated works into Spanish from John Kinsella, Mike Ladd, Judith Beveridge, Dorothy Porter and MTC Cronin, including Cronin's Talking to Neruda's Questions (2004). He translated five Aboriginal poets for Espejo de Tierra/Earth Mirror Poetry Anthology (2008). With Steve Brock and Sergio Holas, Garrido Salgado also translated into English the trilingual Mapuche Poetry Anthology (2013).